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Desde 1991, Hirst comenzó a trabajar en Natural History, posiblemente su serie más famosa: una colección de cadáveres de animales metidos en depósitos de acero y cristal preservados en formol, con el objeto de crear un “zoológico de animales muertos”. Estos tanques o las vitrinas que utiliza en algunas de sus obras, como The Acquired Inability to Escape, muestran su interés en los mecanismos de visualización, en definir el espacio de la obra, al mismo tiempo que pone énfasis en la fragilidad de la existencia.
“Creo que el arte es como la religión. Es algo que la gente cree. Si eres un artista, lo que haces se convierte en una religión y, cuando la gente compra tus obras, están comprando esa religión. No importa si es un Picasso o un Hirst; la gente compra religiones porque creen en ellas.”
Esta cita destaca la forma en que Hirst ve el arte como una forma de creencia y adoración. Sugiere que el arte tiene un poder espiritual, y que los artistas pueden convertirse en figuras reverenciadas, cuyas obras son veneradas por los creyentes. Hirst enfatiza la importancia de la fe y la conexión emocional que las personas tienen con el arte que admiran y coleccionan.